jueves, 22 de marzo de 2012

Los mundos

Empezando mi reflexión para trabajo de tesis de mi carrera universitaria he empezado a escribir esta historia. Una historia sobre dos mundos, una historia sobre un yo que no soy yo. Una historia de alguien muy parecido a mi pero más extremo en sus pensamientos. Este es el primer borrador y, como siempre, va a estar sujeto a un aparente sin fin de cambios antes de encontrar su forma final. 
Se que he dejado muy olvidado este blog pero quise poner esto por si todavía hay alguien que le ponga atención y tal vez, solo tal vez, tenga ganas de leer algo escrito por mi.


En el inicio del tiempo. No. De SU tiempo, el ser humano, como criatura y raza apenas surgiente, empezó a formar su inteligencia. A reunir, poco a poco, los elementos que nos hacen lo que actualmente somos. Sus necesidades básicas iniciales hacían que se fijaran en algunos elementos específicos, pero que dejaran sin atención otros cuantos. No se les pude culpar, ciertamente no tenían las estructuras de pensamiento. Si he de decirlo, creo que ellos nunca pensaron en otros mundos, lo que los rodeaba, y con aquello con lo que se relacionaban era su mundo. El único posible.

Más tarde, cuando ya se habían construido e interiorizado un grupo grande de estructuras mentales y sociales, después de la satisfacción de mil y unas maneras de curiosidad, surgieron otras. El hombre empezó a fijarse en cosas más allá de lo que lo rodeaba en la tierra, y miró hacia el cielo. Se dio cuenta de que había cosas arriba. Más tarde se daría cuenta de que algunas de esas cosas eran, de hecho, otros mundos.

En algún momento, el hombre pudo ver claramente esos otros mundos.  Ya no había solo UN mundo. Pero el nuestro seguía siendo el único con vida inteligente. Vinieron la redondez del planeta, la centralidad solar. Vino el “Nuevo Mundo”. Cada vez aparecían más mundos.

En un momento dado, alguien se preguntó si era posible que hubiera vida en alguno de esos otros mundos. Vino entonces el Alien, esa criatura extraña de otro mundo a la que no entendíamos, que era peligroso pero al mismo tiempo maravilloso.

Con el antropocentrismo vino la `psicología y se empezó a dar más importancia a lo que pasaba dentro de la cabeza. Se empezó a decir frases como “esa persona está en su mundo”. Aparte de los mundos físicos que ahora sabemos que existen, aceptamos de manera natural también a los mundos dentro de cada persona, los mundos inventados e imposibles. Sabemos ahora que hay tantos mundos como personas o ideas.

Y este es un relato de dos de esos mundos. Dos mundos interconectados que se afectan el uno al otro. Dos mundos iguales en muchas cosas, y muy diferentes en muchas otras. Y de la persona que habita esos dos mundos.